Influencers simulando contenido pagado en Instagram para parecer que alguien les paga porque "da estatus"

Influencers simulando contenido pagado en Instagram para parecer que alguien les paga porque "da estatus"
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A finales de verano, salió a la luz una nueva práctica que consistía en realizar reviews negativas por parte de algunas influencers norteamericanas. El debate se detonó cuando Hey April, una beauty blogger especializada en el cuidado de la piel, contactó con el representante de una influencer top para pedirle un presupuesto. El manager, entre otras colaboraciones remuneradas, añadió la opción de que su representada hiciera una mala reseña a cambio de 85 mil dólares.

No tan inmoral, pero sí ciertamente preocupante, es la nueva modalidad que parece extenderse entre ciertos aspirantes a influencers. Según un artículo publicado en The Atlantic en el que se recogen varios casos, la tendencia consiste en publicar contenido relacionado con marcas como si fuera remunerado y cuando realmente no lo es.

Publica contenido de marcas hasta que estas te paguen

Sydney Pugh, una influencer con más de 8000 followers, publicó el pasado 17 de agosto una instantánea donde se le podía ver disfrutar de un café. En el comentario que acompañaba la foto, Pugh mencionó a la marca. A simple vista, un contenido patrocinado más. Sin embargo, la realidad era bien distinta.

 

En declaraciones incluidas al mencionado artículo de The Atlantic, Sydney Pugh reconoce que se trataba de un anuncio falso sobre esta marca local de café: "En lugar de comentar 'Necesito un café para pasar el día, el mío dirá 'Me encanta el café de Alfred por A, B, C ' (...) Ves las mismas cosas una y otra vez en las publicaciones patrocinadas reales, por lo que es realmente fácil de emular. Incluso si no te pagan".

 

Monica Ahanonu es ilustradora e influencer. En perfil de Instagram, seguido por casi 12 mil followers, se puede encontrar una publicación en la que se muestra un dibujo que emula un kit de cosméticos de la marca Chanel. Una vez más, la posverdad se había transformado en un falso patrocinio porque Ahanonu no recibió ningún pago o producto a cambio de esta publicidad gratuita.

Otro de los casos recogidos por The Atlantic es el de Palak Joshi. Según ella misma relata en el artículo, publicó en un Instastories una foto donde se podía ver una caja de la marca telefónica OnePlus. La instantánea iba acompañada de un hashtag vinculado al modelo de smartphone que habían lanzado y el propio perfil de la empresa china se había mencionado en el stories. Sin embargo, no era un anuncio real: "Parecía patrocinado, pero no lo es". Preguntada por sus seguidores, la influencer solo comentó: "Simplemente se asume que todo está patrocinado cuando realmente no lo está".

¿Y qué piensan las marcas de esta práctica?

A medio camino entre la ambición, el postureo puro y el deseo de recibir realmente una compensación económica a cambio de realizar publicidad, estos influencers practican esta nueva modalidad. Al publicar estos contenidos y hacerlos pasar por anuncios, hacen girar una rueda en la que los seguidores piensan que son más influencers de lo que son y hacen un llamamiento a nuevos followers.

Detrás del perfil de Instagram Trendy Ambitious Blonde se esconde Samantha Leibowitz-Bienstock. Casi como un paradigma de esta corriente de influencers, Samantha tiene la práctica recurrente de publicar imágenes de ella con ropa y accesorios de diferentes marcas a las que siempre etiqueta (y si una de ellas es Apple, adelante). Una de esas fotos en las que posaba con un bolso de Betsey Johnson, el cual se había comprado con su propio dinero, acabó colgada en la web de la firma. Un triunfo personal que anotó para su imagen de marca personal. Y, por su parte, la empresa contenta con publicidad gratis.

 

Sin embargo, y como se recoge en el artículo de The Atlantic, no todas las empresas están tan felices con esta promoción gratuita. Según se indica en el texto, el propietario de una marca de gafas de sol que pidió permanecer en el anonimato, afirmó que esta práctica lo que está provocando es una publicidad negativa donde afloran los contenidos de calidad mediocre. Obviamente, al tratarse de imágenes o vídeos que no han recibido la aprobación o el control de las firmas, quedan muy lejos de tener la categoría adecuada.

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