El próximo 29 de noviembre 'Frozen 2' llegará a las salas de todo el mundo y por fin podremos saber si Elsa es la nueva defensora del medioambiente o, simplemente, una fábrica de cubitos de hielo destinada a abastecer los botellones españoles.
Sororidad y amor por la naturaleza como ingredientes principales para salvar el mundo
La narrativa que nos ha presentado Disney tanto en el teaser como en el trailer juega a la ambigüedad con la idea de no dejar claro los derroteros que tomará esta nueva edición de la historia de Elsa y Ana. Sin embargo, hay una corriente clara: Elsa y sus poderes tienen una responsabilidad con el resto del mundo.
A través del diálogo de uno de los trolls llegamos a la conclusión de que Elsa tiene un papel muy importante a la hora de resolver el panorama futuro que les espera a todos. Si en el pasado temían a los poderes de la reina de Arendelle, ahora "esperan que sean suficientes". Pero ¿suficientes para qué?
Si prestamos atención a las imágenes de ambos trailers observamos un contexto donde la meteorología y los efectos atmosféricos tienen mayor protagonismo que en la primera película. La ola gigante a la que se enfretna Elsa en el teaser, los incendios que vemos en este trailer o los movimientos de tierras como imitando la llegada de un terremoto nos hacen pensar que la naturaleza puede tener un papel más relevante que en ocasiones anteriores.
Teniendo en cuenta que las películas de Disney tienen un trasfondo divulgativo que busca enseñar al público infantil, no sería de extrañar que Frozen 2 tratase el problema del calentamiento global para hacer entender a los niños lo importante que es cuidar el planeta. La diferencia entre la realidad y la ficción de Disney es que en la película Elsa puede volver a congelar los casquetes polares derretidos por el agujero de la capa de ozono, pero en la realidad no contamos con superheroínas capaces de reconstruir la Antártida.