Cuando eres número 1 en Tendencias YouTube a pesar de ser rookie y llevar cuatro vídeos en la plataforma o consigues que Dalas Review te dedique una publicación, es que has tocado la tecla de lo viral. Laura Sherezade, también conocida como Laura de Vallecas o, por supuesto, La Reina del brillo, sigue su aumento imparable en las dos redes sociales que domina. Pero además de Instagram y YouTube, hay otra aplicación donde puedes seguir un contenido que complementa las "aventuras domésticas" que hoy en día reinan en internet.
Ahora también en formato muser
La red social más nativa digital y que incluso repele un poco a youtubers como AuronPlay es la tercera plataforma donde La Reina del brillo comparte su característico contenido. Si eres de los 160 mil followers que la siguen en Instagram o los 50 mil que hace lo propio en YouTube y aún te parece poco, en la aplicación anteriormente conocida como Musical.ly encontrarás un reversito más sobre Laura de Vallecas.
Es en TikTok, ese lugar donde puedes encontrar a jóvenes prodigios de las transiciones como Jan Cutillas, Mónica Morán o Carlos Nebot, donde La Reina del Brillo diversifica su contenido y se muestra más relajada que en ciertas tramas que comparte por Instagram. Porque entre bronca y reconciliación con su novio Ramón, Laura emerge por la ex-Musical.ly para mostrar un punto más festivo (y que no tiene que ver con botellones).
Con 32 mil seguidores, La Reina del Brillo ha publicado un buen número de tiktokers que trascienden de lo musical. Si buceas entre sus publicaciones, la Laura más muser no solo realiza playbacks con canciones veraniegas como la que resultó de la colaboración entre 6ix9ine y Anuel AA, sino que también imita a Ylenia en 'Gran Hermano Dúo' o dobla virales de YouTube.
Con un repunte importante de likes desde que se hizo popular a nivel digital (ha pasado de una media de 200 me gusta a cotas de 13 mil), por los tiktoks de La Reina del Brillo también asoma el ya también famoso Ramón. La pareja de Laura ha resultado ser un copratogonista no pretendido (o sí, quién sabe) al que ya le han hecho hasta su propio árbol genealógico.