Analizamos 'Malquerer', el primer videoclip de Dante Caro

Analizamos 'Malquerer', el primer videoclip de Dante Caro
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Si el año pasado Dante Caro nos contaba que quería centrarse más en la producción musical, 2019 parece ser el momento para poner toda la carne en el asador. 'Malquerer' es toda una declaración de intenciones donde letra, música e imagen van de la mano durante los cuatro minutos que dura la canción.

Un relato sobre las dicotomías del amor

Dante ha querido estrenar su primer tema con un videoclip a la altura del contexto actual. En un panorama donde YouTube es algo así como el 40 al 1 del siglo pasado y los vídeos son mucho más que la carta de presentación de un tema, Dante ha querido cuidar especialmente la parte audiovisual.

En lugar de presentar la canción a través de la típica pelea de pareja, Dante juega con los tiempos narrativos y divide el plano en dos. De esta forma, durante todo el videoclip estamos viendo al intérprete en dos momentos diferentes de la relación: en el plano inferior le vemos aún preso de esa relación tóxica de la que no consigue desprenderse del todo y en el superior le vemos solo, pero discutiendo a través del teléfono.

Las luces y los movimientos de cámara son dos elementos narrativos más a tener en cuenta a la hora de entender la evolución de la canción. Mientras en una parte del plano les vemos discutir, en la otra vemos a Dante desesperado ante la situación. Es precisamente aquí cuando vemos luces intermitentes, planos superpuestos y giros de cámara que buscan transmitir la inestabilidad emocional que describe la canción en esos momentos.

Al final del videoclip, Dante termina lanzando su smartphone y liberándose de todas las cargas emocionales que describe a través de la canción. De esta forma, vemos como deshacerse del móvil no solo le ayuda a quitarse un peso literalmente de encima, sino también a liberarse emocionalmente. El vídeo que ha sido dirigido por Phlapo reivindica una vez más la importancia del discurso audiovisual. Casi sin darnos cuenta, la música urbana ha ido sentando cátedra en la forma de proceder: el video no mató a la estrella de la radio, sino que es el vídeo quien hoy tiene la capacidad de convertir a alguien en estrella.

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